jueves, 5 de noviembre de 2009

Herencia

Que se transforme en una marea que arrastre en arenas doradas la sonrisa de niño con la que despiertas en las mañanas. Que grite con fuerza mas lleno de calma, como cuando me miras a los ojos sin decirme nada. Que corra con tus piernas aladas, esas todopoderosas que te llevan por el mundo, esas que te clavan a la tierra y su gente como una raíz. Que cale en las almas, que saque todo lo bueno escondido y lo repliegue inmenso como la mejor de las pandemias, la sabiduría silenciosa de quien no sabe que ya entendió la vida entera. Y sus manos sanadoras, dulces como las mías, atentas como las tuyas, hilando causas para que ceda el dolor. Que te quite el sosiego, te arrebate el alma, que nos tome para siempre y nos indique un camino que solo soñamos. Pero antes que todo, que me mires hoy a los ojos y embelezado me asegures que me amarás para siempre...

4 comentarios:

  1. Que traiga entre los labios y en el alma, de herencia, tus palabras. Que sepa decir, como tú.
    Sinceros deseos.

    Fuerte abrazo, amiga.

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  2. Y después de esa mirada, todo...
    Maravillosa manera de describir los deseos que se esconden tras unos ojos embelesados.
    Un beso.

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  3. Es increíble cómo las palabras pueden transportar tanta belleza del que escribe.

    Un abrazo deslumbrado.

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  4. Imposible no amarte para siempre con estas palabras soñadas. Abrazos.

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Y tú, ¿qué quieres decir?