lunes, 19 de enero de 2009

(Paréntesis)

Cuando pequeña había unos peluches de colores, caritas divertidas y cola terminada en pompón, que se enrollaban sobre sí mismos, dentro de una mochilita que llevaban pegada en la espalda. El mío terminaba transformándose en una bolita del tamaño de una pelota de fútbol, entera blanca y mullida. Qué envidia.
Se transformaba y se escondía. Sus ojos, su cola de colores, sus manos, su carita. Todo desaparecía. Y terminaba de cojín redondo sobre mi cama de niña.

Quise creer que podía ser distinto...pero si hay una de esas bellas sorpresas en el camino, al parecer aún tardará otro rato. Así las cosas, me hago un ovillo, velo mis intenciones y mis sueños, dejo la sonrisa pendiente, la alegría guardada, la desesperanza escurriéndose de a poco y me escondo todo lo que pueda en mi mochila blanca.

No es negación, queridos, es solo un desesperado intento por sobrevivir.

Tengan dulces sueños.

martes, 13 de enero de 2009

Eva


No se acaba nunca la inocencia...
tras cada sueño derrocado por la vida,
se nos expulsa de un pequeño paraíso.
Tomando otro fruto sagrado
del conocimiento del bien y el mal.

sábado, 10 de enero de 2009

Sobrevivientes cotidianos


Tengo tantas razones para hundirte las uñas en el cuello, para mirarte directo a los ojos mientras te nublas, como un reloj de arena, vas mermando, gozando cómo desapareces, riéndome de tu inexistencia, borrándote como si nunca, quitándote como si siempre, gloriosa en mi poder alado, en mis manos calientes, en un grito de guerra que no deje nada, hasta por fin, por fin ! dejarte ir.
Tengo tantas razones para apretar tu cuerpo entre mis brazos, asirme como una fiera a su presa, como si la vida entera dependiera de ello, como si fuera otro brazo más, la continuidad de tu piel, sin mirarte siquiera, desaparecer en tu cuello, quitarme los ojos, arrancarme del pecho todo lo que pueda latir o sentir y simplemente colarlo dentro tuyo, para por fin partir.
Tengo tantas razones sin sentido y otras tan soberbias y arrebatadas, tan lúcidas, persistentes, volátiles, sublimes.
Siento la puerta cerrarse.... y eres tú.... o yo.

miércoles, 7 de enero de 2009

Ebria


Así como cuando me sonríes en las mañanas o me he dado cuenta que he pasado el día sin pensar en... así como cuando a fin de mes mi cartola está llena o cuando regalo algo y recibo una sonrisa de vuelta, cuando estoy por terminar un libro, cuando una buena noticia llega hasta mí. Liviana y feliz, de sonrisa fácil y carga liviana, con las alas desempolvadas y las mejillas color rubí.
Como eso a veces cuesta, como te vas y no te alcanzo, cuando camino en la noche fresca y es aún verano y me siento bien al fin.
Ebria porque me sobras o porque me faltas, la vida es más liviana si te pienso así.
Ebria de licoresy palabras de sueños inconclusos de ganas de matarme de anhelos de vivirme y de las trabas y alegrías del camino que sí o tal vez no, elegí.
Cae la bendita noche y no hace frío, la piel aún caliente, buenas noches, por hoy, he decidido que ya no estoy aquí.

sábado, 3 de enero de 2009

Cierro la boca


Qué lleno de ruidos tu silencio. Tu risa bien disimulada. Tu abrazo siempre transparente. Tus ojos como una coraza. Estás justo aquí, sin embargo no me miras y para cualquiera eso qué importa, pero tú sabes de lo que hablo.
Tócame. Así como si nada, tus manos inventando un pretexto para escapar de la tentación de aferrarse a mi espalda. Mírame, ya deja la tontería, no me importa quién nos note el arrebato en las mejillas. Acércate, sé que está tan caluroso el día, sé que sabes cómo mi piel se enciende y sé cómo muero por tu piel arriba.
Y en unos minutos te abrazo, me abrazas, nos tratamos tan cordiales y qué ganas de gritarte, qué ganas de gritarte que...Pero es tarde, debo irme. Y dejo estas letras para algún otro maldito día.