miércoles, 25 de junio de 2008

La Mar


Entre los mil silencios que guardo en la almohada, te regalo este.

El oleaje del mar y tú durmiendo a mi lado.
La boca entreabierta y el mar golpeando.
Toco tus labios y el mar afuera.
Abres los ojos y revienta una ola.
Me acercas con tu brazo y corre el viento.
Siento tu aliento en mi boca y ruge el bravío mar.
Tus manos siguen por mi espalda y te juro que avanza la marea.
Comienzas a salir de tus sueños y me aprietas contra tí.
Se mojan los pies de la cama.
Abres tu boca en mi cuello y sé que la sal llega a mis piernas.
Hundo mis uñas en tu pelo, sostenme amor, que me ahogo.
Sé que estoy muriendo, siento mi piel mojada
y todo lo que me mantiene a flote eres tú.
Y me agarro de ti como mi tabla.
Con uñas manos piernas dientes y pies.
Te presiono fuerte contra mí, no quiero perderme.
Pero las olas han crecido tanto y rompen en mi piel,
en mi pelvis, en mi vientre.
Y caigo, caigo.
Me toma el mar en tu abrazo,
me vuelca entera en tu boca,
me rinde, me mata, me condena en tus caderas.
Y tarde me doy cuenta, Amor,
que eres tú
y no el mar
-quizá es lo mismo-
quien me ha quitado la vida.


lunes, 23 de junio de 2008

Súplica



Justo ahora, solo quisiera no tener que despertar. No darme cuenta que faltas, que aún quedan vestigios de ti. Tus bototos sucios en la entrada, tus camisas, tu polerón de la universidad, un par de libros que no entiendo, dos cajas enteras llenas de ti. Justo hoy desperté de un salto, las 4 pildoras que tomé no alcanzaron para toda la noche, y de pronto recordé que no estabas. En un segundo sentí en el pecho el peso del mundo.

Justo hoy te grito, te llamo, te pido. Llévame en ti, átame a tu cintura, piénsame hasta gastarme, atrápame entre tus brazos, clávame entre tu pelo, súbeme a tu espalda, sácame, tómame, búscame, muérdeme, sacúdeme, mátame. Llévame en ti, no me dejes nada.

Justo hoy me doy cuenta que yo tampoco estoy aquí.

martes, 3 de junio de 2008

Maldito demonio




Me siento impotente


porque aún no sé como hacerte pequeño,


pequeño como para guardarte entre mis manos,


para darte un beso y te quedaras dormido
acunado en mi vientre,


y te aferraras como un animalito,


te guardaras allí todo el tiempo,


te asomaras sin obligaciones,


te sanaras sin presión del mundo


y solo con mi calor quemándote la espalda


salieras un día cualquiera,


subieras a mi cuello


y me dieras una mordida mortal,


que por fin me hiciera tuya.

domingo, 1 de junio de 2008

Final

Recuerdo cuando mi amor era un edificio gigante. Mis brazos alcanzaban el mundo entero. Mis ojos la luz del faro a medianoche. Todopoderosa, inmensa, inagotable.

Ahora, de mañana, una vez que ya te has ido, justo antes que levante el sol, voy tajando en el calendario los días que faltan para que te vayas. La horas se suceden en la estúpida búsqueda de algún motivo por el cual hablar de nada. Ajustándose a la rutina ilógica del pre-abandono. Sintiendo que me muero cada segundo que avanza, cada maldita noche que nos atrapa. Y nos quedamos mirando la cama. No sabes cómo desvestirte, mientras yo bajo los ojos y me muerdo los labios. Dormimos sin tocarnos.
Lo tristemente divertido es que hay solo un momento de paz cada día y es cuando te quedas dormido. Poso mi mano en tu brazo y tú, como por reflejo, la atrapas entre tus manos y la aprietas un segundo contra tu pecho...y ya nunca más logro conciliar el sueño.