El oleaje del mar y tú durmiendo a mi lado.
La boca entreabierta y el mar golpeando.
Toco tus labios y el mar afuera.
Abres los ojos y revienta una ola.
Me acercas con tu brazo y corre el viento.
Siento tu aliento en mi boca y ruge el bravío mar.
Tus manos siguen por mi espalda y te juro que avanza la marea.
Comienzas a salir de tus sueños y me aprietas contra tí.
Se mojan los pies de la cama.
Abres tu boca en mi cuello y sé que la sal llega a mis piernas.
Hundo mis uñas en tu pelo, sostenme amor, que me ahogo.
Sé que estoy muriendo, siento mi piel mojada
y todo lo que me mantiene a flote eres tú.
Y me agarro de ti como mi tabla.
Con uñas manos piernas dientes y pies.
Te presiono fuerte contra mí, no quiero perderme.
Pero las olas han crecido tanto y rompen en mi piel,
en mi pelvis, en mi vientre.
Y caigo, caigo.
Me toma el mar en tu abrazo,
me vuelca entera en tu boca,
me rinde, me mata, me condena en tus caderas.
Y tarde me doy cuenta, Amor,
que eres tú
y no el mar
-quizá es lo mismo-
quien me ha quitado la vida.