domingo, 20 de marzo de 2011

Madrugada




Es difícil de creer que es de madrugada y no has llegado. Sentí un temblor fino desde que desperté. Algo extraño en la manera que no abrías tus ojos. Tus silencios y tus palabras tristes cuando terminamos de comer.
Mentiría si digo que no lo esperaba. Dicen que uno es todo lo que tus padres construyeron al crecer. Lo bueno, lo malo, lo triste. Y de eso sabes mucho más de lo que quisieras admitir.
Creé para ti una sonrisa, la puse en tu rostro, mil veces caía y mil veces la recogí. No es tuya la culpa, si es que existe alguna. La culpa es de la historia que yo misma me creí. 
Te fuiste hoy con nostalgia, algo desarmado, pero siempre dándome un beso al salir.
Aún no has llegado y se cuela por la ventana entreabierta el tufillo desalmado de lo que no puedes decir.
Quizá hasta regreses y digas que quieres quedarte, que cómo lo he pensado siquiera...
Pero de ahora en adelante sé que no es así.

martes, 8 de marzo de 2011

Razón

















No se trata de que seas bello,
aunque lo eres;
no se trata de tu espalda,
aunque sea perfecta;
no se trata de tu paso firme,
aunque me impresiona;
no se trata de tus gestos dulces,
aunque me arrebaten el alma;
no se trata de tu boca,
gruesa suave rica;
no se trata de tu sexo,
aunque me lleve al cielo;
no se trata de tu cabeza,
brillante, perseverante, aguda;
no se trata de tus manos,
ni de cómo me tocan;
no se trata de eso
sin embrago lo tienes todo.
No se trata de que nos guste lo mismo,
mientras nos guste estar juntos;
no se trata que tengamos paciencia,
mientras sepamos comprendernos;
no se trata de nuestros silencios,
mientras sepamos conversarlos.
No se trata de eso. 
Se trata del puente gigante que hemos construído,
de cada día que sufrimos y gozamos para levantarlo,
de la experiencia de fallar y aprender de los errores
y de saber que nada ha sido obra de solo uno,
sino de dos.
De eso se trata.
Y no necesito nada más.
 

miércoles, 2 de marzo de 2011

Cuento


Cuéntame un cuento,vida. Abrázame a tu palabra. Engúlleme con tu boca.
Cuéntame del mar en la noche, del viento en tu ventana, de los corceles alados sobre las caracolas que llevas pegadas al pecho.
Ábreme a tu mundo.
Salgamos a volar un rato.
Déjame sin aliento, sorprendida. Clavada en la punta de la estrella que por mí has nombrado.
Arrebatada entre tus manos dulces.
Cuéntame un cuento, vida mía. Uno de cascabeles en mi pelo, de risas en el pasto e incendios sobre el lago.
Dame un lugar donde refugiarme, en la memoria de este cuento, en donde vivo por siempre, sin que me toque el miedo.