Mentiría si digo que no lo esperaba. Dicen que uno es todo lo que tus padres construyeron al crecer. Lo bueno, lo malo, lo triste. Y de eso sabes mucho más de lo que quisieras admitir.
Creé para ti una sonrisa, la puse en tu rostro, mil veces caía y mil veces la recogí. No es tuya la culpa, si es que existe alguna. La culpa es de la historia que yo misma me creí.
Te fuiste hoy con nostalgia, algo desarmado, pero siempre dándome un beso al salir.
Aún no has llegado y se cuela por la ventana entreabierta el tufillo desalmado de lo que no puedes decir.
Quizá hasta regreses y digas que quieres quedarte, que cómo lo he pensado siquiera...
Pero de ahora en adelante sé que no es así.