lunes, 28 de septiembre de 2009

Voraz

Más allá, donde soy la diosa que ves cuando me miras a los ojos y buscas mi boca. Más allá, donde mis manos llegan a tus muslos, se esconden en tu entrepierna y te toman por asalto. Más allá donde puedo desvestirme de este cuerpo que se cansa y no responde, donde la pasión que desatas se transforma en un ave de fuego que vaga voraz y rotunda devorando tu dolor. Más allá buscaré las alas, me adentraré en el pasaje secreto que me lleve desde tu sexo a tu historia. Quiero apoderarme de tu risa de niño cuando saltabas en las pozas de agua, de tus manos sucias, de tus ojos brillantes, y porqué no, de la lluvia que te mojaba el pelo enredado. Quiero beberme tus labios gruesos, quiero tatuarlos en mi cuello. Seré tu compañera de camino en bosques húmedos y desiertos esquivos.Viajaré sin permiso a tu memoria, reemplazaré tu primera mujer, tu segunda , todas. Seré yo gloriosa clavando mi bandera en tus quiebres, sufrimientos, deseos, alegrías y pasiones. Ay amor, trata de quitarme a hora, si cada paso que das es un lazo a mi pecho acalorado, que te llama como una loba. Más allá soy invisible, soy toda manos y cuerpo cabalgando tu cuerpo de dios amado. Más allá de esta piel que se quema, que vive solo para morir y no entiendo, más allá te espero esta y otras y todas las vidas, que si acaso no hay ninguna, no me importa. Yo sabré como he sabido, tenderte las más dulces trampas para amarte a destajo, para hacer que corras a mis brazos. Soy desde aquí y por siempre, el peor de tus peligros. No cuides, no temas, no mires, solo lánzate a mi vacío amor mío. Ni aquí, ni más allá, no podríamos evitar amarnos.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Negro

Un demonio como yo, debiera sacarse el corazón del medio del pecho para que no lo confundan, para dejar de sufrir. Qué hace esta piel blasfema jurando amor eterno. Qué hace esta boca perversa devorando tus labios. No sabes qué deseos de corromperte el alma, de quebrarte hasta el infinito, solo para hacerte mío. Y que nadie te nombre sin pensarme, que nadie te busque sin encontrarme. Que nadie te toque sin herirse las manos con mis ojos vigilantes.
No te engañes, hombre mío, si te abrazo dulce y caes envuelto en mis manos, si te sumerges cálido y húmedo entre mis piernas... soy todo menos inocente, soy todo menos desvalida, soy todo y aún más si fui herida.
Soy tu demonio redimido.
Tu ángel herido.
El paraíso y el infierno hacen cuna en mis pechos... amor mío.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Gris


Pensamos que podíamos cambiar, que el pasado podía deshacerse, que el futuro se construía a dos manos, pese al mundo entero. Pero con terror fui viendo cómo nos desarmamos de a poco y nos invadía el miedo. Y es que aún dolían aquellas heridas que no quisieron sanar. Y por más que quiero (con desesperación amor mío), no encuentro la forma en la que me pueda redimir. Ahora mismo no puedo mirarte a la cara y admitir que lo he extropeado todo, que he fallado y que soy la culpable de tu dolor. Si dejé la puerta abierta para que las dudas se sembraran en tus ojos y la fe en nuestro destino se desvaneció. Llueve afuera, amor mío, porqué no regresas de inmediato, dime que se te enfriaron las manos, que no encontraste tu teléfono o cualquier excusa ridícula para abrazarme de nuevo y susurrarme al oído que no te deje ir otra vez. Entre lágrimas agradecidas abrazaré tu cuerpo, entibiaré tus manos, te atraparé entre mis piernas, te protegeré de la la lluvia y no nos dejaré caer.