lunes, 27 de abril de 2009

Breve

Siempre me acurruco entre tus brazos. Y cruzas un brazo sobre mí. Y me aferro a tu brazo tan fuerte, para no dejarte ir. Y cada respiro tuyo, cada exhalación que das, la siento marcando la cuenta regresiva hasta nuestro final.

¿Por qué algunas cosas están destinadas a ser tan maravillosamente breves, amor, por qué?

sábado, 25 de abril de 2009

Canción animal




Estoy de nuevo aferrada a ti, con estas manos que saben que te vas a ir, con este cuerpo que te busca incansable. Despertando cada hora para chequear que no te hayas alejado, que siga tu brazo bajo mi cuello. Y te toco solo para despertarte un poco , te muevas y así poder sentirte vivo, para que tu piel caliente y húmeda me atraiga un momento y tu aliento exquisito se pegue a mi boca y a veces hasta me beses, otras me acaricies un segundo, antes de quedar nuevamente dormido. Me encanta tu cuerpo como recién nacido, rendido entre mis brazos, sentir tu respiración suave, tu sexo tenso, siempre presto a responder a mis manos ansiosas. Nos dormimos así agotados y mojados, pero a medianoche podemos volver a empezar de nuevo y de mañana siempre te quiero. Eres la inagotable fuente de mis deseos.
Dime que no te vas, dime que no te vas, gimo mordiendo tus labios y mientras juegas con mis orgasmos, me fuerzas a mirarte a los ojos y quedo embelezada mirando tus ojos fieros. Qué fuerza de los mil demonios, qué bendito poder tienes sobre mí, cielo. Amante amado mío. Mi imperfecta piel, mi tropezada vida, mi estúpida cabeza, mi insensata razón, mis vapuleadas virtudes, mi sobreestimada inteligencia, mi errático corazón, se entregan a tus manos. Guárdame, rómpeme, bórrame, desnúdame, ámame, sacúdeme, tatúame en cada trocito de esas bondadosas y pervertidas manos, capaces de hacer tanto bien.

jueves, 23 de abril de 2009

Tu boca


No sabía qué buscaba. Esta sensación de necesidad me tenía inquieta. Busqué un cigarro, pero no cedía, mastiqué mi lápiz, pero persistía.

Hasta que de pronto me di cuenta que moría por besar tu boca.
Eso era todo. Una necesidad urgente y apremiante.

Entonces, cerré los ojos y pude verte. Elegí en mi memoria uno de tus besos. Ese que quema cuando se me acerca. El que llega despacio, se detiene antes de tocarme y luego se lanza en picada y me abre los labios. Ese del que bebe mi boca, ante el cual se rinde mi cuerpo entero, ese que me posee y me atraviesa como un puñal en medio de todos mis deseos.
Y te besé con furia, hasta que doliera. Hasta que mis labios rojos, exhaustos, palpitantes, se murieran, hasta que quedaran gimiendo lastimeros, heridos y más felices que nunca, suplicando por más antes que tú, asesino, te arrepintieras.


domingo, 19 de abril de 2009

Chamán


Veo tu perfil enmarcado por la luz de la mañana, siento tu respiración pausada, el brazo que se negó a soltar mi cuerpo contra el tuyo toda la noche. Me muevo apenas para sentir como de inmediato reaccionas y me atraes hacia ti. Como si fuera a escaparme, cosa bella, como si fuera... tus ojos entrecerrados esbozan una sonrisa y tu boca llega a mi boca como en el mejor de los sueños. Bello, bello, esculpido a mano de dioses, tu cuerpo sin fallas, tus manos suaves, tu perfil isleño, tu piel caoba entre mis piernas nevadas, tu boca grande y generosa. No dejas de tocarme ni por un momento, ni por un centímetro de piel. Esperas a que muera una y otra vez bajo tu cuerpo endiablado, mientras susurras palabras que apenas entiendo. Y te digo que sí a todo, que sí mil veces, que lo que sea que quieras es tuyo, que tan solo no dejes de tocarme así, que no dejes de moverte así, que no dejes ni por un segundo de mascullar palabras calientes en mi cuello, que sí , que sí, que te quiero entero, que sí, que sí, que te pertenezco, que por favor, por favor no pares, que tu amor, que tu piel, que tu sexo, que tus palabras, que tus manos... me sanen.

martes, 14 de abril de 2009

Tu adiós


Qué fue esto que se coló detrás tuyo y me dejó aquí sentada. Con los dientes apretados y este peso en la espalda. Y estas ganas de llorar mientras trataba de rescatar los momentos que dejabas. La maleta era liviana, pero cuánto peso cargabas. Mis ojos clavados detrás tuyo, la pena acosando tu garganta, los errores y aciertos de tantos años de historia que terminaban. Y te hacías cada vez más pequeño a la distancia. Pero más grande era la sensación que me desgarraba. Tuve tantos deseos de gritarte, de correr a abrazarte nuevamente, de volver el tiempo atrás y negar lo que pasaba. Pero allí estabas. Transformándote en un punto cada vez más mínimo a medida que te alejabas. Desapareciste dejando apenas el olor del último abrazo en mi pelo. Y el vacío gigante de viajes, sueños,conversaciones, noches sin dormir, risas, peleas y rutinas varias. El frío de la noche volvió como el último invierno. Y así mismo este conocido y eterno silencio.

lunes, 6 de abril de 2009

Cosa


Te miré uno de esos días tras el ventanal. Las manos en los bolsillos y la sonrisa dulce pegada a la piel. La espalda siempre recta y ese gesto tuyo de inclinar la cabeza y entrecerrar los ojos cuando quieres decir algo de verdad. Y lo supe como si de siempre, como si develado de pronto, como si la certeza me hubiera estado esperando hace un buen tiempo atrás. Y el corazón se me entibió de repente y mis manos temblaron un poco y entendí que no había vuelta atrás. Tú eras mi hombre todo este tiempo...amor, te lo prometo, solo es cosa de saber esperar.