miércoles, 27 de junio de 2012

Señor mío



Qué poder de velas en medio de altamar, tienen tus ojos, amor mío. Guían mi barca con más fuerza que el más luminoso de los faros, rugen más fuerte que el mar, me toman, me mecen y no me sueltan por nada.
Feroces vigilantes de mi corazón embravecido, se llenan de mis palabras en las noches y hacen temblar mi cuerpo entero.
Qué fueza tienen tus ojos negros, amor mío, son dos pozos profundos donde caigo sin miedo.
Amado mío, mi mar, mi faro, mi barca y tus ojos bravíos...
Gracias por nunca dejarme ir.


Me agarré de unos versos tuyos, Fernando, para estas letras. Gracias por la inspiración.

miércoles, 20 de junio de 2012

Hoguera


Ay Piel!, bésame , tócame, agárrame entre tus dientes de bestia.
Desátame porque me he guardado tanto, sube los dragones a mi espalda,
cúbreme de espinas que repten desde mis pies, desenrédame el alma,cálmame un rato.
Tus manos, tus manos, tu cuerpo caliente...mientras me tocas nacen rosas rojas en mi
cintura, se alborotan peces en mis caderas y te tomo entre mis brazos largos, gigantes,
hasta que desapareces.
Soy yo el fuego...eres tú mi excusa, el Dios supremo de mis hogueras, las noches de cielo
estrellado que cobraban vida con tus letras,la risa entre cerros y valles, el fantasma que ronda
mi boca.
Soy yo el sueño de siempre, la mano que toma tu pierna, los ojos asombrados y tú...
el que mostraba el mundo entero.
Ay Piel!,caracolas y rugidos de la mar allá fuera, las olas quemándonos los pies y
aquella verdad tan guardada, que todavía brilla...en tu sonrisa.

miércoles, 13 de junio de 2012

Pequeña

No me abandones nunca, pequeña. Ya llevas toda la vida siguiéndome con tus ojos vigilantes, no te vayas
a rendir. No es justo que un alma tan grande tenga un corazón tan frágil como el tuyo. Pero aquí están mis manos, mis hombros, mis piernas, úsalos si te pueden servir.
No me abandones pequeña. Cuando naciste no entendía que serías tú quien me protegería a mi.
Llevo en mis pasos los tuyos, no hay recuerdo mío sin tu ceño fruncido, sin tus torcidas rodillas
siguiéndome por ahí...
Ni se le ocurra, señorita! mire que antes que de su madre y su padre, antes que de su esposo,sus perros
o nadie... fuiste mía. En tu risa fui tu payaso, en tu cansancio fui tus piernas, en tus miedos fui tu guardiana.
Soy tu amiga, tu hermana, tu madre. Confidente y consejera.
Ni se te ocurra estar sin mi. Ni irte antes.Ni dejarme aquí.
Pequeño pajarito de grandes ojos negros y corazón frágil,que no pudo volar. No es hora de partir.