viernes, 28 de noviembre de 2008

En el balcón


Te necesito ahora. Sin excusas sin peros sin un maldito no puedo. Ya sé, lo entiendo, pero qué mierda le digo a este cuerpo. No se calma, no amaina, se rebela por tu ausencia. El deseo tiene una soga en mi cuello y camino y te pienso y me miro y te pienso y me muerdo los labios y por Dios te deseo. Qué culpas, qué pútridos destinos, tú perteneces a mí y punto. Nadie más tiene derecho como tú a subyugarme, a dejarme sin voz, a someterme sin palabras. Tus manos lo dicen todo y por tu soberano reino lo doy todo. Tan gentil dueño de mi piel, tan dulce como tus labios. Bébeme, tócame, párteme, muérdeme, guárdame, escóndeme,bórrame del mundo.

El sol sigue brillando en mi balcón.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Felicidad

" La gente feliz no tiene historia" dijo Simon de Beauvior.
Y cuando me río de tus últimas ocurrencias, borracho en la cama, mientras hablamos cómplices en la oscuridad, se me pasan por la cabeza las palabras que me sentencian culpable de felicidad. Pecaré entonces de simple si digo, que prefiero tu beso húmedo en la mañana a despertar de madrugada con las ansias más dolorosas de escribir. Que me desconozco cuando me abrazas por la espalda y siento que está bien. Que está todo bien. Que por fin llegaste a mi vida. Y que tal vez hoy no hay nada que escribir. Porque ya no invento la vida, sino la vamos improvisando entre dos...
sin nada más que decir,
con toda la vida por vivir.
Te amo.


martes, 18 de noviembre de 2008

Piénsame


Cuando el sol se descuelgue y se cuelen las estrellas en tu cielo, cuando la luna rauda entre a tu ventana. Piensa en mí.

Cierra los ojos y búscame con tu olfato, con la yema de los dedos sobre tu piel tibia, el recuerdo de los abrazos ansiosos, la mirada clavada en la memoria, las marcas que dejó tu risa en la cocina, la foto que borraste, el vino decantando en tus labios dulces, la fruta, los disfraces, mis dientes mordiéndote apenas, el café de la mañana, los besos embriagados, la mirada con que me quitaste, para siempre, una parte del corazón.

Envuelve en celofán de colores los momentos que soñamos ( tal vez los vivimos, tal vez los inventamos) y guárdalos pegaditos a tu pecho, allí donde yo posaba mis besos, amor.Y para siempre, cuando me pienses, me verás sonriendo, con las mejillas sonrosadas y los ojos brillando, desde algún rincón. Esta historia no termina, sigue viviendo bajo mi piel, susurrándome al oído- mira qué fresca sigo siendo- que tú me quieres también...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Como de niña


Me piden matrimonio apenas pongo un pie en el primer stand. Me tientan en cada esquina, me alcanzan frutas abiertas, entregadas, jugosas, solo para mí. Crujen las sandías saludando, brillan los gajos de uvas, gritan en sus puestos los viejos lindos, esos viejos sin dientes pero con sonrisa. Silban, cantan , ofrecen, ríen y la mañana, por instantes, es una fiesta.

Hay cosas que sobreviven aún en esta selva de cemento.

Y por ratos me olvido de mi auto, las cuentas, la ropa por lavar y los malos ratos.

Me transformo de nuevo en una niña...
la mano chorreando un damasco, el pelo con olor a albahaca y unas ganas terribles de comer esos tomates grandes y firmes como manzanas.

Vamos a la feria? te propuse hoy y te reíste.

No te imaginas qué ansias...

domingo, 9 de noviembre de 2008

Para siempre ebrios en un instante azul


Cuando partiste me quebraste en dos. Una parte terca, irlandesa, mapuche, germana, obstinada a resistir y esa otra parte que se hizo mierda al escuchar el golpe de la puerta y ver los cajones vacíos, la mitad de la cama desierta y tu olor aún pegado a mí.
Entre medio de esas dos partes, lo que me quedaba de persona, lo sacaba a respirar en las noches de bruma. Era difícil convencerme de seguir existiendo si todo se veía derrumbado y el golpe en la cabeza, la conciencia, los sueños y las certezas, había terminado con cualquier idea preconcebida de vivir. Atontada, adolorida, coja, muda, solo atinaba a escribir. Sacudida como por tormentas, el mundo dejaba de girar por instantes, gritaba, se desgarraba mi alma entera hasta perder la conciencia, a veces ayudada de fármacos salvavidas y otras de una copa - o unas cuantas- de algún brebaje para olvidar.
Me dí cuenta que podía detener el tiempo y negar el presente y volver como en sueños a la arena, al sol, a tu sonrisa, al beso que nos dimos, a las caminatas borrachas, a tu piel desnuda, a la promesa que no cumpliste, al mundo que tejimos antes de tu adiós.
Me dí cuenta que la vida era menos pesada, que la realidad se me iba colando entre las horas y podía ir matando lo que era de a poco, hasta dejar de ser yo. Y fui negando hasta hacerme una experta y ya nada importaba y las semanas se sucedían y la receta escapista me anestesiaba y me mataba al mismo tiempo y qué más hubiera querido yo.
Entonces volviste y como si nada y antes que pudiera hablarte ya los cajones estaban de nuevo llenos y la puerta se cerró y estabas dentro. Te miré y esta vez no dijiste adiós. Te beso de nuevo al desayuno y a veces lloro de rabia, otras de alegría. Te prometo que no sabía que volverías. Te juro que no tuve otra opción.
Se me quedó el alma perdida entre las copas, los paseos de noche, los gritos, los llantos y está tan dividida, que ahora es un maldito puzzle y cuesta encontrarme en medio de la cama, bajo tu cuerpo, en este día precioso lleno de sol.
Ayúdame, espérame, de verdad estoy contigo. Creo que como todo jarrón que se hace añicos, tal vez quede distinta....pero por favor, cree en mí.

sábado, 8 de noviembre de 2008

De eso se trata


"Se trata de lanzarse, de volar sin alas, de vencer tus miedos...y si de paso te conviertes en el mejor del mundo, es que lo fuiste desde el principio".


Frase robada de los X Games, nada menos. Como para tatuársela bajo la piel, pegadita al alma, para nunca darse por vencido, para siempre ir un paso más allá.


Un abrazo.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Negra primavera



Me siento de nuevo en el parque y busco algunas de esas cosas de primavera (como la bandada de loros botando semillas, las flores escandalosas reventando en colores o la levedad de los pasos de la gente) que me alivian.
Yo sonreía tanto, perdonaba tanto... que la rabia de trasfondo me fue quemando la alegría.
Apreto los labios.
Debiera sentir remordimientos, dolor, miedo, algo...pero solo temo que esto no resulte.
Miro al suelo.
Al menos las ganas de llorar ya pasaron. Malditas hormonas, últimamente lloro por todo.
 Lloro de rabia al sentir que mi cuerpo no me obedece, que tomó su propio maldito curso sin preguntarme siquiera. Maldita hereje. Se me fue la alegría, la paz, la fe. Solo quedaba yo caminando el sendero que yo misma construía. Pero ahora hasta la piel me traiciona.
No te sorprendas si de pasada mato dos pájaros de un solo tiro.