sábado, 10 de enero de 2009

Sobrevivientes cotidianos


Tengo tantas razones para hundirte las uñas en el cuello, para mirarte directo a los ojos mientras te nublas, como un reloj de arena, vas mermando, gozando cómo desapareces, riéndome de tu inexistencia, borrándote como si nunca, quitándote como si siempre, gloriosa en mi poder alado, en mis manos calientes, en un grito de guerra que no deje nada, hasta por fin, por fin ! dejarte ir.
Tengo tantas razones para apretar tu cuerpo entre mis brazos, asirme como una fiera a su presa, como si la vida entera dependiera de ello, como si fuera otro brazo más, la continuidad de tu piel, sin mirarte siquiera, desaparecer en tu cuello, quitarme los ojos, arrancarme del pecho todo lo que pueda latir o sentir y simplemente colarlo dentro tuyo, para por fin partir.
Tengo tantas razones sin sentido y otras tan soberbias y arrebatadas, tan lúcidas, persistentes, volátiles, sublimes.
Siento la puerta cerrarse.... y eres tú.... o yo.

6 comentarios:

  1. Paso días sin entrar porque ando poco por la compu ultimamente; y cada vez que vuelvo, es como una oleada alucinante de pasión que se refresca y no decae. Qué alegría amiga mía.
    Un beso enorme

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  2. Existen tantas razones... que una se pregunta por qué elegimos ésas que tanto daño nos hacen. Me gusta ese caos de tus versos en el que conviven unas con otras como en la vida misma.
    Un beso

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  3. De ola en ola, vas descubriendo la belleza del ensueño...

    Y es la pasión que se encabrita enloquecida.

    Si pudiera abrir todas las puertas del tiempo en tus escrito y regresar a los ardidos amores, a los malditos amores, a los encandilantes amores, a los oscuros amores, a los dolorosos amores, a la esplendidez de cuerpos bañados por el deseo en las comarcas que se astillaron al pasar de los días...

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  4. A todos los amores, Mentecato, a todos, hay que abrirles la puerta. Vivirlos y respirarlos, sumergirse como en el mar, entero y sin dudas, con olas suaves a veces y otras voraces.
    Hay que vivir aquellos dolorosos, querida MediaLuna, Luna llena, esos que te dejan el pecho rasgado en dos, en tres, en mil y te regalan una cicatriz gigante que te torna más recelosa, algo más cruel y mucho más grande. Hay que agitar la vida, Vachi, de colores del alma y de fantasía, de ojos de niños que ríen, de manos fuertes de hombre rudo, de palabras delicadas de artista, de flores y loros verdes, de lluvia enfurecida. Hay que inventar un espacio para saberse menos solo, para reirse de lo vivido y lo soñado, de lo inventado y esperado. Y este es mi rincón. Gracias por reir conmigo.
    M.

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  5. Hola errante mujer.
    Todo lo que hacemos debería ser así como lo relatas, "como si la vida entera dependiera de ello".
    Es que realmente de ello depende la vida. Si no vamos con todo hacia allí y no lo aferramos con las uñas del alma estamos perdidos, o al menos no merecemos ser tenidos en cuenta.
    Te sigo leyendo, besos trasandinos.

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  6. Querido navegante: a veces siento que la vida se me descubre con mil velos. No termino de ver realidades y dimensiones. A veces quedo estupefacta, otras agradecida, otras triste, otras maravillada y otras temblando como una hoja.
    Se supone que estoy ya grande y de pronto me siento como una niña.
    Hay que echarse el mundo entero a la boca, como los bebés descubriendo el mundo.
    Un abrazo.
    M.

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