Mmmm. No estoy de acuerdo con s.m.l. En esa habitación no hay dos. Está sólo nuestra amiga y esa multitud de hombres que ella crea a su imagen y semejanza. Todos los hombres y un solo hombre. Los hombres que quisiéramos ser y no podemos pero ella nos hace posibles. No sé si él es así. tal vez no importe. Ella lo hace. Está bien que entremos. Y comentar para ver si entendemos de qué se trata esto. Para ver si logramos ser un poquito eso, mirarnos en ese espejo o darnos cuenta cuando encontremos a alguien que sepa mirar como ella. Esa rara fortuna. Y seamos dignos de la mirada. Aunque no es fácil.
Y es que a veces no hay nada más dulce que un abrazo indómito.
ResponderEliminarA mi me llega esa brisa con tus versos.
Abrazos
Aún no he podido detenerme tranquilamente en tu blog, pero lo intentaré,.
ResponderEliminarun saludo....
Tus historias se leen. Comentarlas es como ingresar a husmear en una habitación de a dos.
ResponderEliminarMmmm. No estoy de acuerdo con s.m.l. En esa habitación no hay dos. Está sólo nuestra amiga y esa multitud de hombres que ella crea a su imagen y semejanza. Todos los hombres y un solo hombre. Los hombres que quisiéramos ser y no podemos pero ella nos hace posibles. No sé si él es así. tal vez no importe. Ella lo hace. Está bien que entremos. Y comentar para ver si entendemos de qué se trata esto. Para ver si logramos ser un poquito eso, mirarnos en ese espejo o darnos cuenta cuando encontremos a alguien que sepa mirar como ella. Esa rara fortuna. Y seamos dignos de la mirada. Aunque no es fácil.
ResponderEliminarPoesía de copo de nieve, de llamaradas o de vuelo de cormoranes hacia los mares del corazón...
ResponderEliminar¡Qué certero y literario el comentario de "le santi"!
ResponderEliminarUn abrazo.
"Un gusto un po amaro di cose perdute, di cose lasciate lontano da noi".
Esos sentires que se esperan con la pasión a flor de piel. Abrazos.
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