lunes, 11 de agosto de 2008

Arder sin incendiarnos


Grito y te golpeo

los nudillos rojos de rabia

los ojos cansados de llanto

la piel agotada de amarte

el alma adolorida y entregada.

Me dolió maldita bestia,

porqué no paras

porqué no piensas

porqué no escuchas.

Grito y te culpo

miras en silencio,

lloras y me abrazas.

Y dices cómo crees,

cómo crees que voy a dañarte!

por qué estoy aquí, entonces?

por qué estoy volviendo?.

Y yo te digo que no sé

que no entiendo nada hace tiempo

y tú me cobijas en tus brazos,

y la noche llega y lloramos.

La piel llena de hematomas

los ojos llenos de llanto

el sexo rendido

el alma abierta

y por fin entendemos,

que estamos destinados a morir

escribiendo esta historia.

5 comentarios:

  1. Escribiendo una historia de amor, nada màs ni nada menos. Muy bueno!!! Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Tanta vida, tanta escritura.

    Eres, como Lope de Vega, el ingenio de los ingenios por tu prodigalidad y excelencia.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Destinados a morir dando termino definitivo. Haciendo puentes Bestia, yo los armo y tu los decoras maldito animal mio.

    ResponderEliminar
  4. Me encantó esto!
    Fuerte, contundente.
    Abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Hay historias destinadas a morir desde el principio, y sin embargo se viven con esa ansiedad que da vislumbrar su final desde el comienzo. Inspiradora.

    ResponderEliminar

Y tú, ¿qué quieres decir?