viernes, 25 de julio de 2008

Carta al terapeuta de mis sueños


Tenías los ojos cansados, pero la sonrisa dulce y el candor intacto.

Sin explicarlo, supiste que te necesitaba, y viniste al rescate de mi alma y de mi piel.
Conversamos horas enteras. Nos reímos y reconocimos. Tratamos de agregar a otros, pero un mundo distinto giró solo para nosotros dos. Tu paciencia, tu delicadeza, tu cercanía, nuestras historias. Fueron tejiendo hilos invisibles a nuestro alrededor. Y solo al intentar irme, pude darme cuenta de la madeja en la que estábamos. Te abracé largo, largo. Me trataste tan bien. Nos prometimos un almuerzo o lo que sea, pero no podían pasar quince días más.

Me llamaste más tarde con la excusa del médico que chequea a su paciente, pero terminaste diciéndome que te había encantado pasar la mañana conmigo, porque era una persona luminosa. Y yo no supe qué responder. Tastrabillé en un gracias y en nombrar tus dones de dulzura, de artista y de eterna paciencia. Nos prometimos un vino. Pero ya ibas a casa. Y tu casa es lejos. Y tu vida es lejos. Y tus motivos. Y tus proyectos. Y tus sueños.

Fuimos dos personas somnolientas y cansadas ,que sin ganas de caretas, se entregaron un momento de dulce y alegre verdad.
Gracias...ahora puede decir orgullosa....dulce amigo mío. Porque transformaste el estigma del dolor, en la más bella promesa de pureza , belleza y bondad. Y ahora, estará por siempre grabada como un escudo, como una luz, como una promesa, sobre mi piel, sobre mi tierra sagrada.

5 comentarios:

  1. Hay hechos que calan muy profundo en nuestras almas, en nuestros sentimientos.
    Como tú lo has descripto con la sensibilidad y dulzura que caracterizan tus expresiones, no tengo dudas que vivenciarás la misma sensación: a veces bien vale llevar grabado a fuego el recuerdo de un momento mágico y cálido, que vivir rodeada del tormento de quien no ha nacido para estar a nuestro lado.
    Un beso mi quería AMIGA del alma, y gracias por seguir abordando mi nave algo perdida entre las brumas de la soledad.

    ResponderEliminar
  2. Mi capitàn... esa historia podrìa ser nuestra...es la historia de dos almas que se encuentran. De la amistad nacida de una coincidencia, de un pequeño cruce en el camino. Pero despuès de la bella intersecciòn, los caminos dictan historias por separado. Y eso, como bien dices tù, no quita la magia de lo vivido. Por breve que este momento haya sido.

    ResponderEliminar
  3. Magnífico relato. ¡Qué bien te expresas! De la amistad nacida de la coincidencia, de un pequeño cruce en el camino a veces nace el amor. Bien un amor eterno, bien un amor temporal o bien un amor efímero. Pase lo que pase siempre queda, como dices, la magia de lo vivido, aquello que pasó y no volverá y una experiencia que ha construído un pedazo de tí.

    Me encanta un blog y lo visitaré de ahora en adelante.

    ResponderEliminar
  4. Hermoso escrito. Una bella descripción del verdadero encuentro persona-persona, del hablar y abrirse hacia y desde sin prejuicios.
    Un abrazo desde el sur.

    ResponderEliminar
  5. Sin prejuicios, como dice Álvaro, se tejen las más lindas y raras historias.

    ResponderEliminar

Y tú, ¿qué quieres decir?