
Si fuera así, y de verdad lo creo, cada dedo es un individuo. Y si lo extrapolamos a mí, cada dedo te buscó, te olió, te conoció y decidió quedarse contigo. Cada dedo entonces te extraña. Cada puto pulpejo. Cada pequeña falange. Cada mísera articulación metacarpiana.
Cada uno de mis dedos te odia. Cada uno resiente tu falta. Todos juntos quieren golpearte, sacudirte, ahorcarte. Intentan abrirme el pecho y quitarme el corazón enamorado. Pulsan descontrolados el teclado, enhebrando palabras para gritarte y gritarme que te están llorando. Se refugian en mi cuerpo y abrazan mi cintura cada noche, brindándome el calor que tú te llevaste.
Hoy llegué a mi casa, a mi pieza y supe que habías estado. Mis dedos se flectaron y se escondieron en un puño adolorido. Ninguno quiso hablarme. Se pusieron fríos y tensos y desplegaron la misma sensación a todo mi cuerpo. Sentí un golpe en el abdomen.
Leí las palabras que dejaste en el espejo. Mis dedos no despertaban. Me taparon la boca para que no dijiera nada, para que no llorara.
Y pasaron las horas y siguen helados, fríos, golpeados.
Ha sido una tarea titánica. Es mi alma entera. Es mi cuerpo, mi piel que desespera. Es mi risa. Es todo lo que dejaste regado tras botarme de lo más alto de tus promesas. Es cada maldito bendito día sin tu presencia. Son diez dedos. Y cada uno debe olvidarte, y cada uno debe dejar de buscarte y cada uno, algún día, deberá perdonarte. Por favor, basta, ya es suficientemente difícil esta injusta tarea.
Dedos que son como enormes espejos donde quedan , empañados, los rastros de aquellos a quienes amamos. Tu prosa es envidiable. La sigo leyendo. Abrazos.
ResponderEliminarYa estoy casi a vuelo rasante de regreso a la rueda de mi molino. Te leo y me sorprendo por lo magnífico de tu escritura.
ResponderEliminarA veces, creo que nos encontramos entre la multitud. ¿Qué pasaría? Conmoción universal. El asombro derramado. Cascadas de aguas azules...
Acaso una cerveza en un bistró alemán...
Quizá la palabra llena de oleajes...
Talvez un día espléndido como una pequeña serenata...
Un abrazo.
ufffff, mujer!!!!! que bellas palabras, no sabes, no, en realidad, sí sabes como te entiendo, o sea, no es que sea bello perder a alguien que se ama, sino la forma en que lo has expresado... me has dejado fascinada!!!! mis respetos, y saludos... hasta pronto!!!
ResponderEliminarPrecioso. Muy original y cargado de emotividad.
ResponderEliminarUn saludo
Jesús Domínguez
Gracias amigos, ilustres visitas y compañeros de letras. Vomitar un escrito y sentir que llegas, que te aprecian...es simplemente bello. Besos. Nos seguimos "viendo".
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar.....Y cada uno debe olvidarte, y cada uno debe dejar de buscarte y cada uno, algún día, deberá perdonarte. Por favor, basta, ya es suficientemente difícil esta injusta tarea....
ResponderEliminarMaravillosos escrito pleno de emotividad, erotismo y una pizca de tristeza.
Una combinacion letal!
Solo tu lo logras....
Te dejo besos, abrazotes y un te quiero
Dulce
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJusticia... Es el dolor justo princesa..??
ResponderEliminarEl dolor es real... tan real como el amor, y ninguno de ellos conoce es peregrina e inocente idea que la mente ha generado para mortificarnos.
Solo decirte: DUELE... pero así como el amor, que a veces escapa... este mismo viajará más allá.
Duele. Reza el prólogo de un libro que compré hace tiempo. Escribir es mi forma de desarticular bombas nucleares dentro de mi corazón. Ya nadie muere. Hasta creo posible que logre volver a calificarme de feliz. Just give me some time, Rodrigo.
ResponderEliminarDesactiva las bombas... llora, grita. Recuerda que esa calificación que señalas... es una de tus tantas tareas hoy y siempre. Y por cierto si lloras tan lindo y sentido hasta estas letras de Oliverio quedan cortas para vos:
ResponderEliminarLlorar a lágrima viva
Llorar a chorro
Llorar la digestión
Llorar el sueño
Llorar ante las puertas y los puertos
Llorar de amabilidad
Y de amarillo
Abrir las canillas
Las compuertas del llanto
Empaparnos el alma
La camiseta
Inundar las veredas y los paseos
Y salvarnos a nado de nuestro llanto
Asistir a los cursos de antropología llorando
Festejar los cumpleaños familiares llorando
Atravesar el África llorando
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo
Si es verdad que los cacuis y los cocodrilos
No dejan nunca de llorar
Llorarlo todo
Pero llorarlo bien
Llorarlo con la nariz
Con las rodillas
Llorarlo por el ombligo, por la boca
Llorar de amor, de hastío, de alegría
Llorar de frac, de flato, de flacura
Llorar improvisando, de memoria
Llorar todo el insomnio
Todo el día
R.
gracias por sus bellas palabras, bella ud, por ver y decir...
ResponderEliminarHay mejores formas de sanar. Y a dolió. Ahora no queda más que sonreir. Y cuando es un día de sol y cae la noche desde el San Cristóbal... no queda más que sonreir. Con cada dedo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn abrazo de prolegómeno.
ResponderEliminarHay una antigua canción interpretada por Estela Raval y los cinco latinos: "Eres diferente".
Esta cantante ofrece un concierto en el Teatro Oriente el 8 de agosto. Por desgracia, no podré asistir, pero le regalaré una entrada a una hermana, que fue una gran camarada en la lejana y bellísima juventud que vivimos en la distante provincia.
"Eres diferente, diferente, al resto de la gente que siempre conocí... Tus ojos tienen un tono distinto al gris de la niebla y al verde del mar... Tus labios besan de un modo distinto que estar a tu lado es como soñar".
Canción que le tarareaba a Leonor, mi polola en la lejanía del tiempo.
Algún día escribiré algo con esta letra.
Un abrazo desde la rueda de mi molino.