Me siento impotente
porque aún no sé como hacerte pequeño,
pequeño como para guardarte entre mis manos,
para darte un beso y te quedaras dormido
acunado en mi vientre,
y te aferraras como un animalito,
te guardaras allí todo el tiempo,
te asomaras sin obligaciones,
te sanaras sin presión del mundo
y solo con mi calor quemándote la espalda
salieras un día cualquiera,
subieras a mi cuello
y me dieras una mordida mortal,
que por fin me hiciera tuya.
fELIZ DE HABERTE DESCUBIERTO. sEGUí ESCRIBIENDO Y VISITANDO PARA QUE OTROS TAMBIEN TE DESCUBRAN
ResponderEliminarHola reina!!!
ResponderEliminarGracias por tus maravilloso comentario en mi blog
Siiiiiiiiiiiiii a todo lo que me propones !!!!
Me encanto haberte reencontrado
besotes
Todos los crucifijos he obtenido para rodear tu castillo de reina del alba, soberana absoluta de los paisajes más bellos, y jamás se atreverá a cercarse, a quien convocas en un sueño perdido del desierto de Atacama, que ya se enterrará entre sus arenas, para que despiertes obsequiándonos lo mejor de tí.Tú misma.
ResponderEliminarUn beso
una mordida mortal?
ResponderEliminarcómo drácula?
Es dificl hacer ese demonio tan pequenio, que este a nuestra disposicion a cualquier hora y en cualquier momento, como una conciencia personal, de bolsillo.
ResponderEliminarBellas tus letras...
Saludos.
Cada vez quedo más maravillado de cómo escribes.
ResponderEliminarMás tarde regreso "andante cantabile".
Un abrazo.
Vengo bailarín y azufrado (como un piccolo diavolo), con una máscara de harina y campanitas en las orejas...
ResponderEliminarCon azafrán en las mangas...
Con pasos torpes de avutarda, pero alado...
A rendir un homenaje a la reina de las hadas.
Si recurrimos a los artilugios de los místicos, diría que todo está en ti.
ResponderEliminarPero, ¡caramba! aún soy un peregrino-aprendiz que holla senderos hacia las totalidades.
Aún enfrento empalizadas, dardos envenenados, serpientes de mil cabezas, maquinarias infernales...
Soy un hombre-iguana verde que canta...
Un chiflado lleno de luciérnagas. Y no sé de logicidades.
¿Has navegado hasta el fondo de tu corazón?
¡Llénate de estrellas!
¿Haces morisquetas o cabriolas?
Pongo un verso de Whitman: "El que camina una sola legua sin amor camina amortajado hacia su propio funeral".
¡Invéntate un telescopio imaginario para contemplar el universo!
Y sueña hasta que tus sueños se hagan realidad...
(Me llevé tu "Maldito demonio" a mi blog)
Si te fijas en la fotografía que ilustra "Maldito demonio", en tu espalda hay una luz resplandeciente.
ResponderEliminar¿Es acaso el guardián que llevas el que te hace crecer alas?
O, simplemente, eres un ser de luz.
Hace muchos años leí un libro llamado "Despertad, hijos de la luz".
Entonces te digo, más bien te conmino: "Despierta, hija de la luz".
Un abrazo.
una vez más me muestras como el dolor puede darle sentido a todo, cómo a veces te sorprendes buscándolo, a pesar de que llegado el momento lo rechazas, tratas de aminorar su efecto, sus consecuencias...
ResponderEliminarSi las cosas salen bien, pronto tendré que visitar tierras cercanas a las tuyas, ojalá que nuestro timing se corrdine más...
un abrazo desde el sur..
No me atrevo a poner otro post. Tu "Maldito demonio" ha sido elogiosamente comentado...
ResponderEliminar(En este momento escucho a The Platters, un conjunto musical de los años 50, tiempo de mi "maldita" y hermosa juventud. Entonces, todos los muchachos pretendíamos parecernos al actor James Dean. Mi polola de esos alucinantes días era Leonor, una delgada y muy rubia adolescente. Recuerdo también que el inspector del liceo me entregó un clarinete para tocar en la banda, pero jamás aprendí, por lo que sólo hacía la mímica cuando desfilábamos...)
¡Ah! The Platters interpretan "Remember when".
Un abrazo.
Son los pequeños demonios que nos habitan a todas horas y que, al final, se conviertene en nosoros mismos. Abrazos.
ResponderEliminar