sábado, 8 de diciembre de 2007

Imaginario familiar


En casa de mi abuela la vida gira en torno a un reloj. Un enorme reloj de péndulo a la entrada de esa casa que se quedó estancada en alguna parte de un tiempo indefinido entre la muerte de mi abuelo- al que nunca conocí- y la llegada del televisor a color.
Allí pasamos las Pascuas todos. La pequeña familia que generó mi bisabuelo, el judío alemán escapado de la guerra.



Llegó este caballero ya hace tantos años. Alto, rubio y desgarbado. Encalló en una tierra cuyo nombre apenas podía pronunciar y con su gran cargamento de bienes, preguntó por un lugar donde existieran muchas tierras nuevas para colonizar. Y lo llevaron al Sur.
Llegó entonces, rendido, pero alborotado, emocionado de ver tanto verde y tanto por hacer. Como gran trabajador que fue siempre, compró tierras, contrató gente y construyó un gran molino en un pueblito perdido llamado Gorbea. El molino era uno de los más grandes de la novena región y pronto dio todos y más de los frutos que hubiese esperado, pero ahora le faltaba lo fundamental. Se encaminó hacia la casa de la familia más pudiente de la zona y pidió la mano de la mayor. Ups, sorpresa, ya estaba comprometida, pero le dijieron que existía una hermana menor. Caballero y honorable, no cedió ni un paso en su propuesta, ni siquiera cuando le explicaron que había un pequeño problema: la niña aún no era una mujer. Así fue que llamaron a Catalina. Cuenta la leyenda que entró corriendo a la sala una niña algo sudurosa, de trenzas desarmadas, rodillas sucias, comiendo un dulce y con una muñeca agarrada bajo un brazo. Lo miró a los ojos y sin siquiera decir hola se acercó, hizo un respingo con la nariz y le preguntó "quién eres tú?".
La Catalina tuvo su primera regla un año después y se casaron al mes siguiente.
Mi bisabuelo perdió la cabeza de amor.
Tuvieron 10 hijos, los últimos 8 años de vida cerraron el molino y vivieron de las ganancias sin trabajar.
Tanta vida iba dejando a mi bisabuelo cada vez más flaco y a la Catalina, que se quedó en el metro y 55, con 150 kilos de puro amor del bueno.
Las comidas de cuatro platos, las navidades llenas de gente y la alegría, se acabaron cuando Catalina se sentó al borde de su cama una mañana, dio un suspiro y dejó de respirar.
El bisabuelo, entonces, tras darle entierro, se acostó en la misma cama, con su traje negro, y decidió no vivir más. Durante un mes entero no comió nada, lloró todo el tiempo y llamó a su Catita amada. Los médicos dicen que fue una neumonia. Los demás sabemos la verdad.
En honor a su amor, a esa pasión que fue clavada desde ellos a todos nosotros, es que llevo la estrella de David de mi abuelo, tatuada en mi piel.
(Una historia de Navidad para aquellos que en estas fechas deciden partir....)

15 comentarios:

  1. Pero qué manera de escribir con tanta belleza.

    Y no digo más porque ya voy viajando como troll...

    Un abrazo.

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  2. No puedo dejar de comentar que, en el libro de Rolando Cárdenas "Qué tras esos muros", hay un hermosísimo poema relacionado con el reloj que había en las antiguas casas de nuestras familias.

    Dicho sea de paso, con la vestimenta que apareces da la impresión de una bella marinera a punto de navegar por el mar más azul del mundo...

    Y no digo más porque ya soy un troll hacia el silencio.

    Un abrazo.

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  3. Retorno por tercera vez (la triada perfecta y mágica).

    Recién me fijé: en la foto de presentación de tu blog, tienes los ojos tan de lágrimas...

    Estaré toda la noche haciéndote caras de payaso para que nunca estés triste (no pongo caras de troll, porque son de gran melancolía).

    Otro abrazo.

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  4. Cuando empecé a trabajar como psicoterapeuta me di cuenta de que muchas cosas que me habían enseñado los distintos tíos (los de mi facultad, los del arco, los de la osteoteca, los del psiquiátrico, etc.)eran ciertas, o mas bien observables, pero algo me faltaba..
    Te cuento? estamos poseidos. Sí. Yo lo estoy, y tu también. Estamos poseídos por nuestras familias. existe un inconsciente individual, un colectivo, pero somos poco concientes del inconsciente familiar, ese es el mas fuerte.
    Buscando esas respuestas fue como llegué al viejo loco y genial de Jodorowsky...no se si el fue quen inventó el concepto y esas cosas, pero el primero al que le escuché hablar de psicogenealogía fué a él...
    fué así como llegué a Calixto Montero, mi tatara-tatara abuelo que peleó en la guerra de independencia (según cuenta la leyenda familiar), a Gabriel Muñoz, un campesino que se casó a los 12 años por alla por 1856...
    Somos lo que es y ha sido nuestra familia...cuando te detienes a estudiar a tu familia, sus origenes, a desenterrar sus secretos (que en todas las familias existen), te conoces mejor a tí mismo...es un proceso increíblemente esclarecedor...
    me fuí en la volá y me puse latero...
    Un abrazo grande mujer desconocida-a-quien-siento-tan-cerca.
    gracias por visitar mi mundo, te prometo visitar el tuyo mas seguido.
    Desde la comarca...

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  5. Si te fijas, querido Álvaro, estas bestias literarias se están despidiendo. Mentecato, compañero de Cárdenas, Tellier, Salvattori, zurcidor de pantalones en casa de Stella. Fernando, trasandino, romántico, navegante que se echa a la mar.
    No sé que nos pasa a nosotros, gente, que hacemos de cada fin de año un ultimatum.
    Gracias por asomar tu mano y venir recién llegando.
    Un abrazo de agradecido.
    Adelante...

    M.

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  7. una bonita forma de sentir el amor de toda una vida llena de tiernos abrazos.

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  8. Existen aquellos que desean dejar de existir en nuestras familias... Existen aquellos de quienes nos avergonzamos en nuestras familias... y existen aquellos que no dicen una sola palabra, pero el suspiro de sus existencias nos poseen de tal manera que sin quererlo nos transforman en ellos...
    Creo en lo que dice Álvaro, pero toca una fibra muy sensible en mi existencia... Para algunos lamentablemente esta teoría desea ser enterrada y jamás descubierta... Somos lo que hacemos, pero también somos aquellos que nuestros antepasados dejaron... existen secretos que hacen lo imposible por no ser revelados...
    Es cierto, desenterrar estos secretos te permite conocerte mejor a ti mismo... pero hay cosas que no deseo descubrir...

    Al menos en mi caso... las historias navideñas no existen... y no lo harán... lo que sí existe son los deseos de que algunos en este universo deseen dejar de existir... a ver si eso enciende las luces de mi navidad interior...

    Cada fin de año un ultimatum??... puede ser, y para mi... el triste recuerdo de quien soy...

    desde el otro lado del muro... quizás de manera consciente no he decidido entrar a lo que Jodorowsky me ofrece...

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  9. Ya lo decía Whitman: "Creo que una hoja de hierba es tan perfecta como la jornada sideral de las estrellas y una hormiga, un grano de arena y los huevos del abadejo son perfectos también".

    Entonces buscaré una brizna de hierba o una piedrecita translúcida para llevarte, según tus deseos, en el bolsillo de mi camisa. Creo que tú también eres perfecta, porque vienes desde el fondo de los siglos, a través de tus ancestros, y si miras tus manos o tu frente allí está la historia de los ríos, los bosques, el mar, las montañas infinitas y los diminutos petirrojos, las estrellas, las multitudes y las inmensidades de todos los espacios...

    Un abrazo.

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  10. Puse un nuevo cuento, donde encontrarás algo dicho por ti (lo de la piedrita).

    Me tomaré una sangría a tu salud.

    Un abrazo.

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  11. Querido Troll
    ...veo un sendero de migajas en mi blog. Tú has pasado. Qué feliz fui de ver tu cuento, ya te he dejado más besos por esos lados.
    Son las 01.20 hrs y vengo llegando de atender en la urgencia del Hospital San José.
    Salud a la distancia.
    Y otro beso.

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  12. Claudio
    tú puedes hacer el cambio, si empiezas por reconocer y darle luz a aquello que no aceptas en tu familia o en tu historia. Rompe, quema, perdona.
    Siempre se limpia la tierra antes de sembrar de nuevo.
    No tienes que llevar ninguna cruz.
    Respira. Aquí, al otro lado, te estamos alentando, yo te aplaudo!
    Cambia de piel. Estira las alas.
    Salta.

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  13. Por curiosísima cuestión de desplazamiento, paso todos los días por el Hospital San José en un desvencijado micro alimentador. Mis narices, a veces, van metidas en una gramática japonesa (debo contar que hace algunos años tuve la oportunidad de ir a Japón a hacer clases a una universidad de Tokio. Un colega de labores sí logró una cátedra de literatura en Tokio. Y por allá está todavía)...

    En ocasiones miro hacia el hospital y digo: "Ojalá nunca llegue a urgencia..."

    Por lo que vuelvo a meter mis narices en las frases niponas.

    Anata wa isha desu ka? (¿Eres doctora?)

    Honto ni kireena (Realmente bello).

    Un abrazo.

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  14. Troll:
    Le aviso que si enferma de cerveza y queso o de frío y nieve, antes de irse para ninguna parte, me tiene que avisar.No solo porque en ningún hospital de Chile saben tratar a Trolls, elfos o duendes, sino porque nadie te podría atender como yo.
    Obvio, no?

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  15. Que bonita historia, es tan reconfortante saber de donde vienes. Yo perdi a mi viejo muy cerca de las fiestas navidenias, su historia muy diferente a la de tu bisabuelo... pero la comparto, porque me da animos.
    Saludos de nuevo.

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