viernes, 4 de septiembre de 2009

Gris


Pensamos que podíamos cambiar, que el pasado podía deshacerse, que el futuro se construía a dos manos, pese al mundo entero. Pero con terror fui viendo cómo nos desarmamos de a poco y nos invadía el miedo. Y es que aún dolían aquellas heridas que no quisieron sanar. Y por más que quiero (con desesperación amor mío), no encuentro la forma en la que me pueda redimir. Ahora mismo no puedo mirarte a la cara y admitir que lo he extropeado todo, que he fallado y que soy la culpable de tu dolor. Si dejé la puerta abierta para que las dudas se sembraran en tus ojos y la fe en nuestro destino se desvaneció. Llueve afuera, amor mío, porqué no regresas de inmediato, dime que se te enfriaron las manos, que no encontraste tu teléfono o cualquier excusa ridícula para abrazarme de nuevo y susurrarme al oído que no te deje ir otra vez. Entre lágrimas agradecidas abrazaré tu cuerpo, entibiaré tus manos, te atraparé entre mis piernas, te protegeré de la la lluvia y no nos dejaré caer.

5 comentarios:

  1. La lluvia, a través de los tiempos, cuántas veces nos vio caminar por puertas y vacíos. Había musgo y escarcha en muchas mañanas y nieve azul en nuestras manos...

    La lluvia, la hermosa lluvia que me hace amarte, mujer de la rueca infinita.

    La lluvia que nos ahogó en Trebia cuando Aníbal cruzaba los Alpes para combatir a los romanos.

    La lluvia que llena con monedas de oro los cántaros de los sueños...

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  2. Vamos amiga!, deja que la lluvia refresque tus sueños.
    Y limpie de las distancias.

    Lo mejor, lo más bello.. para ti.

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  3. He releído tu relato. Me hizo recordar el texto y la música de una canción de los años 60 ("La montaña"), que cantaba Monna Bell, una chilena que fue famosísima en España (nacida el año 1938 y fallecida en México en el 2008). Yo la cantaba (en una mediocre vocalización) cuando pololeaba con una muchacha rubísima, hija del maquinista del tren a carbón entre Talca y Constitución ("Voy a escalar la montaña que levantó tu ingratitud..."). Era un texto desgarrador pero con esperanza a ultranza.

    Imaginación y esperanza, meine Schwester...

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  4. mientras tomes de mi mano, no te soltaré

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  5. Volver para leerte es, siempre, un placer. Abrazos.

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Y tú, ¿qué quieres decir?