miércoles, 18 de febrero de 2009

Dolor


Me urgía tomar tu mano para que supieras que yo estaba allí. Temblabas como una hoja al viento y te mordías la boca maldiciendo, por qué yo, por qué yo. Apretaba tu mano aún más fuerte, imaginándote cayendo precipicio abajo de tus emociones y miedos. Pero mírame, tómate firme. No estarás nunca sola. Y tus ojitos inundados en lágrimas furiosas. Y tus labios rojos de apretados y mordidos. Y el temblor. Todo se aferraba a mí. De pronto fui más grande que la muralla a la cual te afirmabas, más dura que la bofetada que te dió. Y nació una mujer gigante de la niña dolorida que contenía la voz. Nunca más te pasará nada. Soy tu guardiana para siempre. Te atrapé entre mis brazos atrevidos. Silencio, susurré en tu oído. Aquí nadie nos va a encontrar, ni siquiera Dios.

5 comentarios:

  1. Era muralla sòlida y afectuosa que calma el dolor y alienta la esperanza. Abrazos.

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  2. ¡Una maravilla! Repito las palabras de una compañerita de este mundo bloguístico: "Cualquier cosa que añada lo echaría a perder".

    Un gran abrazo del gorilita.

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  3. Sólo del amor puede nacer una mujer más grande que una muralla, más grande que una bofetada, más grande que todo... para poder calmar tanto miedo como se puede llegar a sentir.
    Un beso grande

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  4. hola te he leido y me identifique profundamente contigo me dedico a la imagenologia mi especialidad es la radiologia...soy mexicana... pronto iniciare una subespecialidad en radiologia intervencionista en bogota colombia...me encantaria ser tu amiga cibernetica...mi correo es justinevelaz@hotmail.com

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Y tú, ¿qué quieres decir?