martes, 17 de febrero de 2009

Derrota





Te tiraste rendido en la cama. Puse tu cabeza apoyada en mis piernas y despejé tu cara de los cabellos que caían sobre ella, de las gotitas de sudor en el dorso de la nariz, de la arruga que llevabas apretada en el entrecejo. No sabía qué tanto te iba a afectar tanta terapia, tanto hablar de lo que te duele, de lo que buscabas negar. Tú que eras pura sonrisa, pura tolerancia, respeto al otro y valor. De pronto estabas desmayado sobre mis piernas, tu rostro entero contracturado de dolor. Me duele la cabeza, dijiste, y empecé a acariciar tu frente, coloqué mis manos frías y te sentí ceder. Tus hombros cayeron lacios, tu respiración se hizo profunda y tus labios se soltaron al fin. Dormiste tan solo un rato, pero despertaste con ojos nuevos, nuevamente radiante, como si solo hubiese sido un mal sueño. Te miré sin decir nada, la pregunta tácita en la pieza mientras mirabas por el ventanal. Sonreíste con tristeza y te sentaste a mi lado. "Hoy descubrí que jamás he perdonado nada ni a nadie y que muero de miedo porque no creo en el amor", te encojiste de hombros y te miré asombrada. "Eres un bestia" pensé. Pero nunca dije nada. Y te abracé.

5 comentarios:

  1. ¡Qué lástima! ¡Cuánto amor se pierde cuando se está lleno de resentimiento! Tanto que ni siquiera podemos disfrutar del que nos dan. Aún así yo quisiera que alguien abrazara todo mi miedo. Sin duda, el amor cura.
    Un abrazo.

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  2. Ese abrazo en silencio vale màs que un Potosì. Los hombres somos, muchas veces, muy bestias con el amor. Y no sabemos lo que nos perdemos. Un texto hermoso, amiga mìa. Abrazos.

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  3. y ese aquel por el que te alegras? por ese que te trae por las cuerdas y que reconoce que no cree en lo que le das?

    es ese el amor que eliges cultivar? mucha suerte mujer, de todo corazón,por que elijes un camino muuuy duro. nuevamente el texto es hermozo por me da mucha rabia; y si, hay algunos que son imbeciles y bestias a tiempo completo, y habemos otros que lo hemos sido de vez en cuando...
    ojala que tu elección sea más liviana de lo que parece.

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  4. Son las 3.20 de la madrugada. Mañana comento.

    Un abrazo.

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  5. Luna mía, hemisferio izquierdo, fernando, mentecato: inicio un nuevo día, amanecer desde una sala de emergencias en esta ciudad que despierta. La noche en vela, los ojos cansados, las espalda dolorida e inagotable. En el pecho el himno del sol que regresa. Tomo un café y los leo. Y los abrazo. Y los llevo conmigo.
    Gracias por este espacio.
    M.

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