martes, 9 de diciembre de 2008

Que te sacuda el pecho

Me exorcizo. Me miras a los ojos y te ríes. No entiendes nada. No podemos hablarnos. Cada acorde te empuja, lo sientes desde la planta de los pies. Pasas a ser parte de un monstruo gigante, vibrante, que grita y brama, que suda y salta. Y el calor se multiplica, se enciende la multitud en una llama de colores y sonidos de guitarra. Un cántico de guerra, la haka de los maoríes, la admiración, la odolatría. El mundo nuevo tras la muralla de mentiras. Derribando por un par de horas la pena, el fracaso, las frustraciones. Somos uno de nuevo. Somos una sola familia. Y nuestro Dios inventado, nuestras creencias, nuestra osadía, se refleja en la música que nos desata.
Se acaba la noche y caminamos por la acera. Actúas como un niño, saltas, cantas y yo me río. La noche en silencio, los oídos tapados. Ya es mañana y mañana es hoy día. Y atrás, muy atrás, quedó lo gris, lo turbio, lo frío. Ahora solo juegas y me diviertes tanto. La luz se asoma apenas atrás de los edificios. Te acerco a mí y te beso despacio. Después de esto puedo creer en la vida otro rato.

11 comentarios:

  1. Una noche de fandango que conduce a una mañana de esplendor. Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. El cosmos que estalla. Soles que giran bajo la piel...

    ¡Magnífico!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. La vida va de rato en rato. Y son esos ratos los que nos recuerdan su grandeza. Por los que una sigue creyendo y teniendo fe.
    Por miradas como la tuya merece la pena sentarse aquí y sumar un rato más de vida.
    Un placer Maga.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Un relato impecable, nos reconocemos en la descripción del monstruo gigante y en el hombre niño, así como en tu ternura. Y nos devuelves la sensación hermosa de volver a creer en la vida un rato más. Gracias por todo eso.

    ResponderEliminar
  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  9. Qué familia tan linda tengo. Fernando, Mentecato,Luna, Goliardo. Nos sentamos en el suelo y compartimos una botella de vino. Luna nos habla de amores y fantasmas, Mentecato nos trae estrellas, Fernando nos llueve pétalos de rosa, Goliardo nos envuelve con sus palabras y yo los hago reir con mis andanzas. Y pasa la tarde y nuestros rostros se tiñen de atardecer, mientras el mundo sigue girando y a nosotros nunca nos había gustado tanto. Mil besos

    ResponderEliminar
  10. Gracias por sentirme de tu familia.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Suelo, vino, risas, y mí me tocan las palabras, un programa más que tentador y familiar. Lo he vivido con felicidad muchas veces, es como si me conocieras de siempre. Sí, definitivamente, la paso muy bien con esta familia. Abrazos para todos. No te hagas problemas por el desorden, nos quedamos a ayudarte a ordenar.

    ResponderEliminar

Y tú, ¿qué quieres decir?