domingo, 14 de octubre de 2007

San Pedro







En San Pedro salí una noche. Las calles parecía de mentira, como dispuestos para un set de una película. La gente hablaba en susurros. Una luz anaranjada teñía las callecitas de tierra apisonada. Los restaurants tenían más estilo que los de Orrego Luco. Cada uno una versión inexistente de un Chile inventado. Me detuve en la iglesia. En la plaza en frente, gente hacía transacciones sin voz. Miré el cielo estrellado y sentí como mi piel entera se erizaba sintiendo el llamado de mis bosques, de mi lluvia, de mi sur.
En la esquina choqué con Diego que me buscaba. Me abrazó desesperado. "Creí que te habías perdido, que te habían robado", decía mientras me besaba y me apretaba entre sus brazos. "Prométeme qe nunca más te vas a desaparecer así, amor".
No pertenezco aquí ,amor. En este lugar de mentira, como nunca, me siento tan lejos de casa. Ahí fue que entendí, que nunca podría seguirte. Estas no son mis tierras, en medio del desierto soy solo una extranjera. Y a pesar de tí me siento más sola y desolada que nunca.
Perdóname.



3 comentarios:

  1. ¿Adónde vamos de pronto?

    Acaso a las tormentas. O a las estrellas. O a desconocidos pueblos donde alguien ciego reconoce nuestras manos abandonadas en la nieve...

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  2. Gracias a ti vecino de juegos
    el honor ha sido todo mío...
    enamorada como estoy de tus palabras...
    no me abandones, quédate enredado entre estas páginas.....

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  3. Y enredada tambien en tus tormentas me quedo leyéndote un rato y mirandote la sonrisa hasta verte en las letras.
    Gracias por tu visita y tus palabras.
    Volveré.

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