
Soy lo que elegí.
Siento como siento.
Respondo a estímulos con intensidad.
Mando a la cresta.
No suelto lo que amo.
Rodeo cual felino el objeto de mis deseos.
No pongo límites excepto el daño.
Allí se acaba el juego.
Voy y vuelvo como la marea.
En embravecidas marejadas de azul.
Muerdo y beso.
Araño y acaricio.
No puedo ser normal.
Tengo alas.
Vivo para salvar otras vidas.
Y no soy precisamente un ángel.
Adiós
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